lunes, 6 de junio de 2011

El mensajero

Los emisarios de la muerte

Juan Carlos Suárez Revollar
El capitán Tony Stone (Woody Harrelson) y el sargento Will Montgomery (Ben Foster).
Hay un fuerte tufillo a resignación en “El mensajero” (Oren Moverman, 2009). La trama tiene a dos soldados que asumen la misión de ir casa por casa para buscar a los familiares de los caídos en batalla y darles la mala nueva. Cada visita ofrece una escena patética, brutal, de mucho dolor, que en vez de curtirlos va mellando su personalidad todavía endurecida. Esos momentos helados, en sus distintas variantes, abundan en el filme.
El juego de contrastes entre los protagonistas resalta la familiaridad con la muerte en uno, y el espanto por ella en el otro. Quien hace más evidentes los estragos de ese trabajo es el sargento Will Montgomery (Ben Foster). A diferencia de él, el capitán Tony Stone (Woody Harrelson) ya conoce su oficio. Hay, en ambos, mecanismos de defensa propia para no verse afectados, pero infructuosos al fin y al cabo. La delgada línea entre lo que manda el deber, y el calor humano necesario para interactuar con el resto de la gente, desaparece lentamente.
Todos los personajes muestran, a su modo, caracteres autodestructivos. Se trata de excluidos que pululan por el mundo en busca de su mera supervivencia. La historia no ha intentado —seguramente por decisión del director— ocultar el discurso político de la guerra. Por eso su antibelicismo es evidente. Como siempre, quienes van al frente son los desposeídos: afroamericanos, latinos, o los “White Trash”. A estos últimos pertenecen los dos mensajeros.
La aparición de Olivia Peterson (Samantha Morton) es un efectivo catalizador de los conflictos existenciales del sargento Montgomery. La empatía entre ambos personajes es inmediata. Su acercamiento se siente obsesivo, absurdo, mucho más emocional que lógico.
“El mensajero” parece excederse en el tratamiento de las escenas mórbidas. Su duración descomunal, su afán en detenerse y dilatar el tiempo, termina por cansar. Hay por otra parte un problema con la extensión general del filme, que se podría haber acortado de omitirse secuencias y tiempos muertos, que solo hastían.
El peso del tedio, y más aún, el de ese ambiente que cae en pedazos, quiebra finalmente a los dos soldados. El filme es por eso un relato de la destrucción anímica de sus personajes en un contexto que se supone real.
Acaso se podría haber logrado un filme de mayor calidad, pero “El mensajero” es, con todo, lo mejor que ha llegado a la cartelera local en más de un mes.

El mensajero
Director: Oren Moverman
Título original: The Messenger
País y año: Estados Unidos, 2009
Duración: 105 minutos
Idioma: inglés con subtítulos en español
Publicado en el suplemento cultural Solo 4 del diario Correo de Huancayo, el 04 de junio de 2011

sábado, 26 de marzo de 2011

El cisne negro

Mr. Hyde toma el control

Juan Carlos Suárez Revollar
Dos buenos filmes ha dirigido Darren Aronofsky además del que nos ocupa ahora: Réquiem por un sueño (2000) y El luchador (2008).
Nina (Natalie Portman) y Thomas (Vincent Cassel) en El cisne negro.
El cisne negro tiene una forma particular de narrar, y se asemeja mucho —por lo alucinado, difuso y hasta ambiguo— a Réquiem por un sueño. El punto de vista predominante es el de Nina (Natalie Portman), pero en dos niveles: la parte más objetiva es la de su yo cuerdo. El segundo nivel, y el más rico, es el producido desde su yo perturbado, que toma la forma del cisne negro.
La historia nos remite a clásicos como El Dr. Jekyll y Mr. Hyde, por la dualidad de personalidades opuestas; y también a la institutriz de La vuelta de tuerca, cuya represión sexual se derivaría en los aparecidos y fantasmas que la atormentan a ella y a los niños que tiene a su cargo. Y claro, a La pianista, sea la novela o la versión fílmica, con las que esta película guarda mucha relación.
En El cisne negro la ficción es más poderosa que la realidad, y eso se hace patente con la paulatina toma del control de Nina por su yo perverso, que avanza tal cual su mente se va degenerando. Algo a destacar es que esa personalidad actúa sobre la capacidad de autocontrol de Nina, y la obliga a hacer cosas que ésta tenía reprimidas.
La actuación de la protagonista es más que sobresaliente. Es su personaje el que lleva el peso de la historia, y Portman lo asume bien. Los demás personajes están a la altura, aunque algunos son desaprovechados, como la madre de Nina, pese a que aquí la interpretación es impecable.
Un defecto ostensible es la excesiva exposición de las alucinaciones. El espectador notará desde el inicio que la explicación del conflicto está en la mente perturbada de su protagonista. Y la reiteración continua de ese fenómeno termina por cansar.
Hay además problemas en la integración del punto de vista, y finalmente prevalece el caos. Sin embargo, los méritos son muchos más, como el solo hecho de tramar una brillante y aun complicada historia a partir de algo tan sencillo como El lago de los cisnes. Además, la tensión dramática, así como la capacidad del filme de atrapar al espectador de principio a fin, hacen que ver El cisne negro sea una agradable experiencia.

El cisne negro
Director: Darren Aronofsky
Título original: The Black Swan
Duración: 108 minutos
País y año: Estados Unidos, 2010
Idioma: inglés con subtítulos en español

Y en la cartelera
Esta semana ingresó a la cartelera comercial de Huancayo 127 horas de Danny Boyle, que reseñaremos en la siguiente edición de Solo 4. Estamos a la espera de Temple de acero, que ya llegó a Arequipa, Chiclayo y Trujillo. Igualmente aún no se estrena en nuestra ciudad El peleador y El discurso del rey.

Publicado en el Suplemento cultural Solo 4 del diario Correo de Huancayo, el 26 de marzo de 2011.


sábado, 5 de marzo de 2011

En cartelera

Volvemos a la cartelera pobre en Huancayo



Algunas de las películas de la cartelera nacional que aún no llegan a Huancayo.
  

Juan Carlos Suárez Revollar

Dos de cada tres películas de interés para la crítica que se estrenan en el país no llegan a nuestra ciudad. ¿A qué obedece esa proporción, por demás injusta y hasta grosera? Entre otras razones, a que la programación de la cartelera no se hace en Huancayo, sino en Lima. Se formula con cierta anticipación en base a suposiciones sobre las probables preferencias y rasgos socioculturales del público local y al número de copias disponibles de cada película. En esta azarosa selección queda fuera la mayor parte de títulos que podría elegir un aficionado al cine. Por ello, aun si uno de ellos alcanza altas ventas en taquilla, si ha sido programada para proyectarse durante una semana, no podría estar en cartelera por más tiempo.
Es de esa forma que muchísimos filmes nunca llegan a Huancayo. Aunque es habitual que sí entren a otros mercados, como el de Arequipa y Trujillo, además de Lima.
En su balance de fin de año de la cartelera local, nuestro colega Jorge Jaime enumeró los filmes con mejor crítica que la conformaron (“Lo mejor y lo peor del cine 2010”, “Solo 4” del 1º de enero de 2011), pero destacó que “estuvo plagada de malas películas”. Si en 2010 ya ocurrió eso, lo más probable es que este año la cosa no sea diferente.
Aun si los programadores de Cineplanet siguen sus criterios lógicos para la elaboración de la cartelera de provincias, dice mucho y mal de ellos que descuiden a un nicho de mercado deseoso de ver lo más destacado de la cartelera nacional. 



Y el Oscar va para:
El domingo último se entregó los premios Oscar. Entre las películas que compitieron y que se encuentran o han pasado por la cartelera nacional, “El discurso del rey” obtuvo los dos premios principales: Mejor película y mejor director (Tom Hooper), además del de mejor actor principal y mejor guión original. “El peleador” recibió los de ambos actores secundarios, y “El cisne negro” el de mejor actriz principal. “El origen” también recibió cuatro premios, entre los que destaca el de fotografía; Y “Red social” recibió tres, el más importante de los cuales es el de mejor guión adaptado. “Toy Story 3”, por su parte, ganó en la categoría de mejor filme animado.
El poderoso western de Joel y Ethan Coen “Temple de acero”, remake de la obra maestra “True Grit” dirigida Henry Hathaway y protagonizada por John Wayne, no obtuvo ningún premio pese a su alto nivel. Algo similar pasó con “127 horas” de Danny Boyle.
Lo único que cabe esperar es que las películas mencionadas que faltan proyectarse en Huancayo lleguen, pues son ahora lo mejor de la cartelera nacional.

Publicado en el suplemento cultural Solo 4 del diario Correo de Huancayo el 5 de marzo de 2011.

sábado, 19 de febrero de 2011

Más allá de la vida

Los solitarios y el más allá

Juan Carlos Suárez Revollar
Clint Eastwood viene estrenando en los últimos años, y con frecuencia sostenida, algunos de los filmes más relevantes de la cinematografía mundial. Desde su prometedor debut con “Play Misty for Me” (1971), ha dirigido más de treinta largos, entre los que destacan “El fuera de la ley Josey Wales” (1976), “Bronco Billy” (1980), “Los imperdonables” (1992), “Crimen verdadero” (1999), “Jinetes del espacio” (2000), “Río místico” (2003), “Million Dollar Baby” (2004), el díptico “Banderas de nuestros padres” y “Cartas de Iwo Jima” (2006), “Gran Torino” (2008) e “Invictus” (2009).
Unidos por la muerte: la periodista Marie Lelay (Cécile 
De France) y el psíquico George Lonegan (Matt Damon).
Por su tratamiento místico, “Más allá de la vida” (Hereafter, 2010) es poco afín al resto de la obra de Eastwood. Aborda las implicancias del contacto con la muerte y lo que hay en ella. La estructura se plantea a partir de un puñado de personajes alejados entre sí, y sin ningún punto en común, salvo su cercanía con la muerte. Ello los diferencia de los demás, y por tanto, los torna en seres solitarios, incomprendidos, que llevan su experiencia como un estigma.
George Lonegan (Matt Damon) es capaz de comunicarse con los muertos; Marie Lelay (Cécile De France) ha fallecido efímeramente y regresado a la vida; y Marcus (Frankie y George McLaren) vive la carencia de alguien extremadamente cercano. Cada uno de ellos sirve de punto de vista para las tres historias que conforman el filme. Su proximidad con la muerte los tiene sometidos y no les permite hacer una vida normal. Por eso el paso fugaz de Melanie (Bryce Dallas Howard) por la vida de George, y por eso la instantánea empatía de Marie con la doctora Rousseau (Marthe Keller) o con George.
“Más allá de la vida” es más bien realista, pese a sus elementos sobrenaturales. Se centra en el drama humano de sus personajes y no en los asomos góticos o espectrales de las historias de fantasmas de Dickens —de quien George es ferviente admirador— o de otros filmes de temática similar.
Los personajes mejor construidos son George y  Marie. Da la impresión, en cambio, de que resulta insuficiente el desarrollo que tienen en la trama los gemelos Marcus y Jason, así como Melanie. El poderoso ritmo narrativo atrapa al espectador desde el inicio, aunque sufre un leve estancamiento poco antes de integrar las tres historias particulares en una sola. Afortunadamente, poco después el filme se recupera y se mantiene constante hasta su desenlace. 
La fotografía, por su parte, es más que sobresaliente, y la interpretación de los actores formidable, como ya es habitual en las películas de Clint Eastwood. Y “Más allá de la vida” es un estupendo filme que no defrauda para nada a los ya muchos seguidores de este genial realizador.


Más allá de la vida
Director: Clint Eastwood
Título original: Hereafter
Duración: 129 minutos
País y año: Estados Unidos, 2010
Idioma: inglés y francés con subtítulos en español


Y en la cartelera:
Hay que evitar perderse “Más allá de la vida”, de lejos lo mejor de la cartelera local. Por otra parte, a pesar de sus defectos, “Los últimos tres días” (Paul Haggis, 2010) tiene buenos momentos y varias secuencias brillantes. “Enredados” (Nathan Greno, Byron Howard, 2010) es también recomendable.
La cartelera nacional tiene varios buenos títulos, como “El cisne negro” (Darren Aronofski, 2010), “El discurso del rey” (Tom Hooper, 2010), “Temple de acero” (Joel y Ethan Coen, 2010) y el independiente “Lazos de sangre” (Debra Granik, 2010), que esperamos también se proyecten en Huancayo.

Publicado en el suplemento cultural Solo 4 del diario Correo de Huancayo, el 19 de febrero de 2011.


sábado, 5 de febrero de 2011

Red social

Juegos corporativos en la era Facebook

Juan Carlos Suárez Revollar
David Fincher rodó en 1992 Alien 3 y en 1995 Pecados capitales. A partir de entonces ha dirigido filmes de importancia como El juego (1997), El club de la pelea (1999), La habitación del pánico (2002), Zodiaco (2007) y El curioso caso de Benjamin Button (2008).
Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg), el creador de Facebook y 
Sean Parker (Justin Timberlake), el creador de Napster.
Red social (The Social Network, 2010) nos plantea la forma en que el joven —e idolatrado— Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg) creó la red social Facebook, que ha crecido vertiginosamente hasta convertirse en la mayor plataforma de interacción social de Internet, y lo ha hecho a él, al mismo tiempo, el multimillonario más joven del mundo.
El filme arranca en los propios comienzos, cuando Mark pone en línea una pequeña plataforma social —un protofacebook— que compara fotografías a la busca de la universitaria más sexy de Harvard, lo que le generará la antipatía generalizada y buen número de problemas, aunque ello no parece importarle demasiado. La inserción como hilo conductor de la narración de los careos de las demandas que el ya exitoso Mark debe enfrentar, dota al filme de mayor complejidad estructural, y torna en pasado mediato lo que se veía hasta ahora.
Red social es el irónico retrato de la volatilidad corporativa mundial y de la transformación del individuo a causa de su opresión por la información.
El personaje de Mark nos es presentado como un superdotado en la programación informática, con problemas de actitud, y muchas dificultades para relacionarse con las personas (para un ejemplo, su involuntaria patanería lleva a su novia a dejarlo plantado). Otra característica suya es el cinismo y falta de escrúpulos al momento de tomar decisiones, aun si éstas perjudican a quienes confiaron en él, como su amigo Eduardo Saverin (Andrew Garfield), quien lo terminará demandando. Esa tendencia hace de Mark un ser solitario, en contraste con la red de millones de amigos que viene impulsando. La presencia de Sean Parker (Justin Timberlake) atenúa esto en parte. Ambos hablan un mismo idioma y piensan igual. Para ellos la actividad corporativa es, a su modo, una travesura. Por eso les divierte Napster, esa herramienta creada por Sean que casi hizo quebrar a la industria discográfica. Saben, eso sí, que están haciendo algo grande que cambiará el mundo —como lo supo Bill Gates, su referente, en su momento—, y que cada acción que tomen influirá en ello.
Red social es el irónico retrato de la volatilidad corporativa mundial y de la transformación del individuo a causa de su opresión por la información. Se trata de un gran filme, y de lo mejor de la obra de David Fincher.

Red Social
Director: David Fincher
Título original: The Social Network
Duración: 120 minutos
Idioma: inglés con subtítulos en español
País y año: Estados Unidos, 2010


Y en cartelera:
Red social acaba de salir de la cartelera comercial de Huancayo tras una semana de proyección. Si bien ahora no hay nada de ese nivel, Enredados (Byron Howard, 2010) se presenta como lo mejor. El crítico A. O. Scott de The New York Times ha escrito que “combina la complejidad sicológica con la simplicidad de la historia”. Imparable (Tony Scott, 2010), por su parte, tiene cierto interés. Estaremos a la espera de Más allá de la vida de Clint Eastwood y ahora de El cisne negro de Darren Aronofsky.

Publicado en el suplemento cultural Solo 4 del diario Correo de Huancayo el 5 de febrero de 2011.

sábado, 29 de enero de 2011

El escritor oculto

Las memorias de Tony Blair

Juan Carlos Suárez Revollar
Roman Polanski es uno de los mayores maestros del cine que continúan en actividad. Su obra aborda diversos géneros, desde el horror: Repulsión (1965), El bebé de Rosemary (1968); el policial: Chinatown (1974); el thriller erótico: Luna de hiel (1993); la comedia: El baile de los vampiros asesinos (1967), Piratas (1986); y el drama, con los dos títulos que conforman lo mejor de su filmografía: Tess (1979) y El pianista (2002).
El ex primer ministro británico Adam Lang (Pierce Brosnan)
junto al escritor oculto (Ewan McGregor).
Su último trabajo, El escritor oculto (The Ghost Writer, 2010), es un thriller político, adaptado a partir de la novela The Ghost de Robert Harris. El ex primer ministro británico Adam Lang (Pierce Brosnan) enfrenta un juicio por crímenes de lesa humanidad en Irak; y al mismo tiempo está a punto de publicar sus memorias, pésimamente escritas. Por ello la editorial contrata a un escritor oculto (Ewan McGregor) —personaje de aquella oscura clase de escritores a sueldo cuyo trabajo es finalmente firmado por su empleador, y que son también conocidos como negros literarios— para que las reescriba.
Los evidentes paralelos entre Lang y el otrora primer ministro británico, Tony Blair, permiten a Polanski mostrar su desprecio por éste, al caracterizarlo artificial, ridículo; y lo más claro, como un fantoche de la geopolítica estadounidense. Por eso mismo, El escritor oculto podría catalogarse como un ensayo político o un filme de tesis. Sin embargo, pesa más la pericia del director para que la historia sobrepase al discurso que se pretende transmitir.
El escritor oculto podría catalogarse como un ensayo político o un filme de tesis. Sin embargo, pesa más la pericia del director para que la historia sobrepase al discurso.
El tratamiento visual usa tonos fríos, y un ambiente permanentemente nublado, lluvioso y frígido. A ello se suma el peso del encierro y el atosigamiento por la falta de libertad que viene de parte de guardaespaldas, periodistas y activistas. El permanente peligro y persecución a los que están sometidos los personajes, parecen no poder evitarse, principalmente para el escritor oculto. Ello se agrava al empezar a hurgar entre los indicios de crimen en la muerte de Mike McAra, su antecesor con el manuscrito de las memorias. Se establece, además, de a pocos, puntos en común entre ambos escritores; y se pasa de la antipatía por el primero a su identificación con la causa que éste perseguía y que lo habría llevado a la muerte. Es por eso que el apoliticismo inicial del nuevo escritor oculto va desapareciendo según avanza la trama.
La conclusión que parece dejarnos Polanski es la impunidad que hay, pese a todo, para hombres poderosos como Adam Lang o Tony Blair, esa rancia estirpe de políticos que, en el filme, aparecen por doquier y en casi cualquier bando. Sin dudas, “El escritor oculto” es la mejor película de Polanski desde “El pianista”.

El escritor oculto
Director: Roman Polanski
Título original: The Ghost Writer
Duración: 128 minutos
Países y año: Francia, Alemania e Inglaterra, 2010.
Idioma: inglés con subtítulos en español


Y en cartelera:
Tras el breve paso de El escritor oculto de Roman Polanski por la cartelera comercial de Huancayo, se puede ver ahora Red social de David Fincher, otro filme de alto nivel que hay que procurar no perder, y que reseñaremos la próxima semana. Quedamos a la espera de Más allá de la vida de Clint Eastwood y La cinta blanca de Michael Haneke.


Publicado en Suplemento cultural Solo 4 del diario Correo de Huancayo el 29 de enero de 2011.
http://funcioncontinuada.blogspot.com